lunes, 29 de enero de 2007

¿Qué sucede con Nokia?

Ultimamente se siente un gran descontento entre los compradores de la tablet Nokia 770. Yo la tengo desde el 2005 y también me siento un poco defraudado. Otros la compraron hace meses, con la última versión del OS 2006 y son los más molestos.
La razón es simple, Nokia ha decidido sacar la Nokia N800 con el OS 2007 que no será portado a la Nokia 770.
Esto nos lleva a la pregunta ¿Cuánto valemos como consumidores para Nokia? Si hoy compro la N800, ¿cuánto tiempo pasará hasta que saquen una nueva versión y quede obsoleta?
Se están casi regalando tablets N800 para los desarrolladores opensource. Eso se ve como una estrategia para dejar de lado el desarrollo para la 770 y concentrarse en la N800. Si bien estoy agradecido por todo el software desarrollado o portado para la 770, creo que los programadores tienen que replantearse si desean venderse a una causa contra los consumidores por ganar 390 dólares.
Este es un mensaje para la gente de Nokia:
"Nosotros nos arriesgamos y compramos un aparato nuevo sin antecedentes. Soportamos muchos bugs y contribuímos a la mejora y desarrollo del aparato para que puedan llegar a lo que es la N800 hoy. Merecemos más respeto como consumidores, desarrolladores y amantes de la tecnología. Las empresas tienen actitudes como las personas, y uno toma decisiones de acuerdo a esas actitudes hacia uno."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues por eso yo no compro esos aparatitos. Son muy lindos y actualizables hasta que en poco tiempo no se pueden actualizar mas y dejan de ser lindos.

Quedan obsoletos ante un nuevo modelo (siempre mas caro, claro) y los que compraron el anterior se lo deben meter en el culo o seguir con el hasta que no se sirva para nada.

El día que salga un artilugio de esos al cual yo pueda decidir que SO ponerle, que software usar, que capacidades multimedia incluir y que módulos pueda ampliar o mejorar, ese dia me lo compro. Por ahora son todos chiches monolíticos para gente con dinero de sobra que generalmente queda decepcionada al poco tiempo de lo que han comprado y corren a comprar otro más nuevo, llenándole el plato de comida a las empresas que los han traicionado.